¿QUÉ ES LA INFLACIÓN?
La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los
precios de bienes y servicios en un país. Para medir el crecimiento de la
inflación se utilizan índices, que reflejan el crecimiento porcentual de una
canasta de bienes ponderada. El índice de medición de la inflación es el Índice
de Precios al Consumidor (IPC) que en México se le llama INPC (Índice Nacional
de Precios al Consumidor). Este índice mide el porcentaje de incremento en los
precios de una canasta básica de productos y servicios que adquiere un
consumidor típico en el país.
INFLACIÓN EN MÉXICO
Como en México no se dispone de un índice de precios
suficientemente amplio, no existe ningún indicador de la inflación que sea
totalmente aceptable. El mejor índice disponible es el de precios al mayoreo en
el Distrito Federal, sin embargo, como nuestro principal interés se concentra
en la economía monetaria, que en México gira alrededor del Distrito Federal, el
uso de éste índice no deformara en gran medida nuestras conclusiones. La experiencia de México en el campo de la
inflación ha sido prolongada y los movimientos de precios han sido, por término
medio, de consideración. Entre 1935 y 1955, los precios se elevaron a una tasa
media anual de 9.8% y en 15 de los 20 años esa tasa fue de 6% o más.
Generalmente, estos grandes movimientos de precios han ido acompañados de
cuantiosas adiciones a la oferta monetaria y, en algunos casos, por incrementos
en la velocidad de circulación. De la oferta monetaria y la velocidad de circulación
están medidos en relación con la cantidad de bienes y servicios disponibles.
Por tanto, antes de profundizar en el análisis de la
naturaleza de la inflación en México, será necesario examinar brevemente los
principios teóricos de la inflación.
-Inflación crónica: la teoría cuantitativa frente a las
doctrinas del alza de los costos.
La mayoría de los economistas atribuye las presiones
inflacionarias a una excesiva demanda en relación con la oferta de bienes y
servicios disponibles. Estas presiones pueden actuar sobre el nivel de precios
a través de expansiones desordenadas de la oferta monetaria, o bien
acelerándose la velocidad de circulación del dinero. Las elevaciones del nivel
de precios son generadas por alteraciones en el nivel de la demanda efectiva.
La inflación durante un largo periodo es el resultado de una continua
desigualdad de gastos y la de la oferta de bienes y servicios disponibles.
La doctrina de la alza de los costos se basa en la relación
entre los precios de los productos primarios y los manufacturados. Sostiene que
cuando la tasa de crecimiento de la producción industrial es superior a la de
la producción agrícola, el resultado será la tendencia de los precios de la
materias primas a elevarse respecto a los de las manufacturas, tal tendencia
originara una elevación del nivel de precios, el cual experimentara un impulso
ascendente adicional cuando, al aumentar los costos de alimentación, los
trabajadores reclamen salarios mayores, hecho que a su vez se traducirá en
incrementos en el nivel de precios, en la oferta monetaria y, nuevamente en los
salarios. Además la efectividad de los aumentos en los precios agrícolas para
determinar el alza de toda la estructura de precios depende de la proporción
del ingreso nacional generada por el sector industrial, de la magnitud de la
disparidad existente entre el crecimiento industrial y el agrícola y de la
elasticidad de la demanda de productos primarios por parte del sector manufacturero.
Existen numerosas economías subdesarrolladas en las que se
dan las condiciones necesarias para que opere el proceso de alza de costos y,
salvo el débil eslabón del análisis que representa el alza de salarios (y en
ciertos países, por ejemplo Argentina, puede no ser tan débil) en estas
sociedades parece admisible el funcionamiento de esta clase de mecanismo. Para
nuestros propósitos, es importante saber si los problemas inflacionarios de
México tienen este origen. De ser así, nuestras conclusiones referentes a las
consideraciones de política economista serán fundamentalmente distintas de las
que podríamos formular en el supuesto de que el aumento de precios a largo
plazo fuese causado principalmente por egresos excesivos.
-El modulo de desarrollo económico.
El gobierno mexicano inició en 1936 un programa de obras
públicas y de ayuda al comercio y a la agricultura. En los cuatro años
siguientes a 1935 la producción total creció en un 16%; la agricultura y la
industria lo hicieron a tasas algo más elevadas que la de la producción total,
en 19% y 18% respetivamente. Esto se debió a un incremento menor en la
producción minera 9% la cual represento mas de una tercera parte de la
producción total.
El Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento estima
que de 1940 a 1950 el ingreso nacional creció a una tasa de 7.2% anual. No
obstante un crecimiento demográfico de 3.1% anual, México fue capaz de alcanzar
en dicho período la impresionante tasa de 4% en el aumento del ingreso per cápita.
El modulo de crecimiento económico a partir de 1939 deja una
clara impresión de industrialización ininterrumpida. En la década iniciada en
1940 la tasa media de crecimiento porcentual por año en la producción
manufacturera fue de 7.8% y en la agrícola de 5.7. Sin embargo, conviene
analizar la significación de estas cifras: el crecimiento industrial superó al
agrícola únicamente durante la primera mitad de la década; a partir de 1945,
las posiciones de los dos sectores se invirtieron, con una tasa de desarrollo
agrícola mayor en 3% a la de la producción manufacturera. El crecimiento industrial
de México ha sido rápido, el país experimento un incremento aún mayor en la
producción agrícola a partir de 1945. Esto se ha debido en gran parte al
esfuerzo particular realizado por el Gobierno en la agricultura, mediante la
ejecución de proyectos de irrigación, congestión de crédito y desarrollo de las
vías de comunicación.
-La estructura de los movimientos de precios
México figura en la categoría de países que crecen y se
industrializan con rapidez. No obstante, falta probar si esta experiencia ha
dado lugar a una inflación generada por el alza de costos. Los aumentos en los
precios agrícolas rurales no van necesariamente acompañados de movimientos proporcionales
en los precios urbanos. El rápido crecimiento
industrial fue acompañado por una rápida elevación de los precios agrícolas
particularmente entre 1941 y 1946. A partir de entonces, los precios agrícolas
rurales apenas descendieron si se les compara con los precios industriales, no
obstante el hecho de que la tasa de crecimiento de la producción agrícola
excedió un amplio margen a la tasa de la producción industrial.
COMENTARIO:
Parece que la única presión real sobre los costos de las materias
primas y de los bienes de producción obedeció a influencia exterior: aparte de
las devaluaciones, el fuerte aumento experimentado por los precios de
importación inmediatamente después de la guerra tuvo un mercado efecto sobre
los costos de la industria mexicana. Empeoro, este factor no fue
suficientemente para elevar los precios de las materias primas y de los bienes
de inversión por encima del aumento registrado por los precios de los productos
manufacturados hasta que se dejo sentir el estimulo adicional de la devaluación. El hecho de que los salarios no pudieran
evolucionar al mismo ritmo que el aumento general de los precios influyo poderosamente
en el proceso inflacionario de México. Por eso el aumento de los precios
durante un largo periodo fue primordialmente el resultado de la influencias de
demanda.