EL SEXENIO ZEDILLISTA (1994-2000)
El Agotamiento del Sistema
Ernesto Zedillo, economista con una destacada carrera como
burócrata financiero, se convirtió en candidato del PRI después del asesinato
de Colosio en Lomas Taurinas y ganó la presidencia de la república gracias al
“voto del miedo”. Recién iniciada su gestión, el peso se devaluó drásticamente
frente al dólar haciendo humo su principal promesa de campaña: “bienestar para
tu familia”. Entre los desaciertos de su gestión destacan la represión y la
persecución de los zapatistas, las masacres de Acteal y de Aguas Blancas, la
exoneración e impunidad de los autores intelectuales de ambas masacres y la
conversión de los pasivos del fobaproa en deuda pública. Factores que junto a
la enorme corrupción en las altas esferas del gobierno, los sonados casos de
Gutiérrez Rebollo y Mario Villanueva Madrid coludidos con Amado Carrillo
Fuentes, llevarían al agotamiento del sistema priísta y al arribo del PRD al
gobierno de la ciudad de México y del PAN a la presidencia de la república.
Economista con una destacada carrera como burócrata
financiero, Ernesto Zedillo había ocupado las Secretarías de Programación y
Presupuesto y de Educación Pública en el gabinete de Salinas, antes de
incorporarse a la campaña de Colosio como coordinador. Incluido entre los
tapados de 1993, nadie le dio muchas posibilidades. El problema de Zedillo era
su debilidad política: carecía de equipo propio, con la excepción de unos
cuantos leales, como Jaime Serra Puche y Esteban Moctezuma.
Un fuerte sector del PRI promovió la candidatura del
presidente del partido, Fernando Ortiz Arana, pero Salinas los frenó en seco.
La única opción restante era el coordinador de la campaña de Colosio: Ernesto
Zedillo Ponce de León.
Zedillo no la tenía fácil: sus contrincantes serían
Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por segunda vez a la presidencia de la
república, ahora por el PRD, y el abogado Diego Fernández de Cevallos,
abanderado del PAN. Entre las novedades de esta campaña estuvo el primer debate
público entre candidatos presidenciales, que fue transmitido por radio y televisión
el 12 de mayo de 1994. El jefe Diego, como es conocido Fernández de Cevallos,
hizo gala de su habilidad oratoria y venció con facilidad a un pasmado Cárdenas
y a un atarantado Ernesto Zedillo.
Las elecciones se realizaron el 21 de agosto y fueron las
más limpias realizadas hasta entonces: Zedillo ganó con 50.03 por ciento de los
votos, Fernández de Cevallos obtuvo 26.86 por ciento y Cárdenas 17.03 por
ciento.
Fue el voto del miedo, y el mismo PRD cayó en la trampa
cuando imprimió un cartel que mostraba a Cárdenas saludando al sub-comandante
Marcos; esa propaganda, que lo identificaba con el EZLN, le costó muchos votos
de la clase media.
En la madrugada del martes 20 de diciembre de 1994 el nuevo
secretario de Hacienda, Jaime Serra Puche, anunció que se ampliaba a 53
centavos el límite de la banda de flotación del peso frente al dólar, técnica y
coloquialmente se trataba de una devaluación más del peso. Así se inició una
nueva y devastadora crisis que se conoció como el “error de diciembre”.
El “error de diciembre” y sus devastadores efectos en el
bolsillo de los mexicanos fueron un agravio que mucha gente vengaría en las
urnas. El triunfo del PRD en la capital de la república sería una clara muestra
de ello. Los capitalinos vieron a Cárdenas como la mejor opción para desplazar
al PRI y le dieron el triunfo con 1 millón 859 mil 866 votos; Del Mazo
consiguió 990 mil 306 y Castillo Peraza del PAN 602 mil 466. La derrota del PRI
en la capital fue tremenda. El PRD casi obtuvo “carro completo”: ganó 38 de los
40 distritos de la capital; el PAN obtuvo las dos restantes.
En su gobierno pasaron entre las siguientes muchas otras:
El 22 de diciembre de 1997, en la comunidad de Acteal,
municipio de Chenalhó, a las 10:30 de la mañana, un grupo de desplazados rezaba
en la ermita local, cuando paramilitares armados con metralletas los rodearon y
comenzaron a disparar. La cacería humana se prolongó durante seis horas, varias
víctimas fueron rematadas a machetazos. El saldo: murieron 45 personas (un
bebé, 14 niños, 21 mujeres y 9 hombres); además de 25 heridos y 5
desaparecidos. Al igual que en el caso de Agua Blancas, los autores
intelectuales siguen impunes
En 1998 y gracias a la globalización (efectos dragón, vodka
y samba), los mexicanos resentimos de nuevo otra devaluación. En septiembre de
ese año el peso se devaluó 7.3 por ciento y se cotizó en 10 pesos con 73
centavos por dólar. En adición a este golpe, el 7 de octubre el pleno de la
Suprema Corte dictaminó que era legal el pago de intereses sobre intereses
bancarios. La decisión de los magistrados provocó las protestas de las
asociaciones de deudores de la banca, como El Barzón, que calificaron el
veredicto como un aval a la usura bancaria.
No obstante, el colmo del gobierno zedillista que
desencantaría a millones de mexicanos del PRI fue el de haber convertido los
pasivos del Fobaproa, creado en 1990, en deuda pública. La suerte del PRI
estaba echada y rematada con un caso más de corrupción: el 27 de marzo de 1999
Mario Villanueva Madrid, gobernador de Quintana Roo, se daba a la fuga al haber
quedado descubiertas sus relaciones con El Señor de los Cielos.
La economía creció en promedio al 3.6 por ciento anual y la
inflación al 22.1 por ciento no obstante, dicho crecimiento fue insuficiente
para absorber a todo el incremento de la Población Económicamente Activa (PEA)
que aumentó “en 7.5 millones de personas y sólo se generaron 3.1 millones de
plazas, por lo que el desempleo acumulado ascendió a 4.4 millones”, que se sumaron a la larga fila de desempleados
arrojados durante 1983-1994.
COMO CONCLUSIÓN:
Represión, impunidad, corrupción, devaluaciones y desempleo
caracterizarían al gobierno zedillista y esfumarían las promesas de bienestar
para millones de familias mexicanas.