jueves, 10 de mayo de 2012




EL SEXENIO ZEDILLISTA (1994-2000)

El Agotamiento del Sistema

Ernesto Zedillo, economista con una destacada carrera como burócrata financiero, se convirtió en candidato del PRI después del asesinato de Colosio en Lomas Taurinas y ganó la presidencia de la república gracias al “voto del miedo”. Recién iniciada su gestión, el peso se devaluó drásticamente frente al dólar haciendo humo su principal promesa de campaña: “bienestar para tu familia”. Entre los desaciertos de su gestión destacan la represión y la persecución de los zapatistas, las masacres de Acteal y de Aguas Blancas, la exoneración e impunidad de los autores intelectuales de ambas masacres y la conversión de los pasivos del fobaproa en deuda pública. Factores que junto a la enorme corrupción en las altas esferas del gobierno, los sonados casos de Gutiérrez Rebollo y Mario Villanueva Madrid coludidos con Amado Carrillo Fuentes, llevarían al agotamiento del sistema priísta y al arribo del PRD al gobierno de la ciudad de México y del PAN a la presidencia de la república.
Economista con una destacada carrera como burócrata financiero, Ernesto Zedillo había ocupado las Secretarías de Programación y Presupuesto y de Educación Pública en el gabinete de Salinas, antes de incorporarse a la campaña de Colosio como coordinador. Incluido entre los tapados de 1993, nadie le dio muchas posibilidades. El problema de Zedillo era su debilidad política: carecía de equipo propio, con la excepción de unos cuantos leales, como Jaime Serra Puche y Esteban Moctezuma.
Un fuerte sector del PRI promovió la candidatura del presidente del partido, Fernando Ortiz Arana, pero Salinas los frenó en seco. La única opción restante era el coordinador de la campaña de Colosio: Ernesto Zedillo Ponce de León.
Zedillo no la tenía fácil: sus contrincantes serían Cuauhtémoc Cárdenas, postulado por segunda vez a la presidencia de la república, ahora por el PRD, y el abogado Diego Fernández de Cevallos, abanderado del PAN. Entre las novedades de esta campaña estuvo el primer debate público entre candidatos presidenciales, que fue transmitido por radio y televisión el 12 de mayo de 1994. El jefe Diego, como es conocido Fernández de Cevallos, hizo gala de su habilidad oratoria y venció con facilidad a un pasmado Cárdenas y a un atarantado Ernesto Zedillo.
Las elecciones se realizaron el 21 de agosto y fueron las más limpias realizadas hasta entonces: Zedillo ganó con 50.03 por ciento de los votos, Fernández de Cevallos obtuvo 26.86 por ciento y Cárdenas 17.03 por ciento.
Fue el voto del miedo, y el mismo PRD cayó en la trampa cuando imprimió un cartel que mostraba a Cárdenas saludando al sub-comandante Marcos; esa propaganda, que lo identificaba con el EZLN, le costó muchos votos de la clase media.
En la madrugada del martes 20 de diciembre de 1994 el nuevo secretario de Hacienda, Jaime Serra Puche, anunció que se ampliaba a 53 centavos el límite de la banda de flotación del peso frente al dólar, técnica y coloquialmente se trataba de una devaluación más del peso. Así se inició una nueva y devastadora crisis que se conoció como el “error de diciembre”.
El “error de diciembre” y sus devastadores efectos en el bolsillo de los mexicanos fueron un agravio que mucha gente vengaría en las urnas. El triunfo del PRD en la capital de la república sería una clara muestra de ello. Los capitalinos vieron a Cárdenas como la mejor opción para desplazar al PRI y le dieron el triunfo con 1 millón 859 mil 866 votos; Del Mazo consiguió 990 mil 306 y Castillo Peraza del PAN 602 mil 466. La derrota del PRI en la capital fue tremenda. El PRD casi obtuvo “carro completo”: ganó 38 de los 40 distritos de la capital; el PAN obtuvo las dos restantes.

En su gobierno pasaron entre las siguientes muchas otras:

El 22 de diciembre de 1997, en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, a las 10:30 de la mañana, un grupo de desplazados rezaba en la ermita local, cuando paramilitares armados con metralletas los rodearon y comenzaron a disparar. La cacería humana se prolongó durante seis horas, varias víctimas fueron rematadas a machetazos. El saldo: murieron 45 personas (un bebé, 14 niños, 21 mujeres y 9 hombres); además de 25 heridos y 5 desaparecidos. Al igual que en el caso de Agua Blancas, los autores intelectuales siguen impunes
En 1998 y gracias a la globalización (efectos dragón, vodka y samba), los mexicanos resentimos de nuevo otra devaluación. En septiembre de ese año el peso se devaluó 7.3 por ciento y se cotizó en 10 pesos con 73 centavos por dólar. En adición a este golpe, el 7 de octubre el pleno de la Suprema Corte dictaminó que era legal el pago de intereses sobre intereses bancarios. La decisión de los magistrados provocó las protestas de las asociaciones de deudores de la banca, como El Barzón, que calificaron el veredicto como un aval a la usura bancaria.

No obstante, el colmo del gobierno zedillista que desencantaría a millones de mexicanos del PRI fue el de haber convertido los pasivos del Fobaproa, creado en 1990, en deuda pública. La suerte del PRI estaba echada y rematada con un caso más de corrupción: el 27 de marzo de 1999 Mario Villanueva Madrid, gobernador de Quintana Roo, se daba a la fuga al haber quedado descubiertas sus relaciones con El Señor de los Cielos.

La economía creció en promedio al 3.6 por ciento anual y la inflación al 22.1 por ciento no obstante, dicho crecimiento fue insuficiente para absorber a todo el incremento de la Población Económicamente Activa (PEA) que aumentó “en 7.5 millones de personas y sólo se generaron 3.1 millones de plazas, por lo que el desempleo acumulado ascendió a 4.4 millones”,  que se sumaron a la larga fila de desempleados arrojados durante 1983-1994.

COMO CONCLUSIÓN:
Represión, impunidad, corrupción, devaluaciones y desempleo caracterizarían al gobierno zedillista y esfumarían las promesas de bienestar para millones de familias mexicanas.